Las prendas encontradas en edificios australianos cuentan la historia de la batalla que los primeros colonos de ese país libraron contra los espíritus del mal, que según ellos se encontraban al acecho.
Un zapato escondido en un puente, un uniforme de prisionero oculto debajo de una escalera, juguetes escondidos en un ático o un gato muerto oculto en el orificio de un techo.
"Todo forma parte de la antigua práctica de vencer a las brujas -y al mal- mediante la colocación de objetos en aquellos lugares en los que los espíritus dañinos podían alojarse", dice Evans.
Los motivos
Hay cuatro temas que conectan a todos estos elementos ocultos: Inglaterra, el miedo, la juventud y la ignorancia.
• La práctica de ocultar los objetos en los edificios para alejar a los malos espíritus estaba muy extendida en Inglaterra desde el siglo XVII.
• Los inmigrantes -que seguían manteniendo sus costumbres- tenían miedo de perder a sus hijos por alguna enfermedad relacionada con los malos espíritus. La atención sanitaria era casi inexistente. Confiar en sus propios rituales los hacía sentir reconfortados.
• La mayoría de los objetos son ropa o zapatos de niños. La razón: el poder y la inocencia de los jóvenes es lo suficientemente fuerte como para derrotar al mal.
• Los inmigrantes creían en Dios e iban a la iglesia, pero habían recibido poca educación. La superstición los ayudó a sentirse seguros frente a las fuerzas omnipresentes y destructivas del mal.
Un tesoro
Uno de los ejemplos más notables de la costumbre fue encontrado en una casa de campo aislada de la isla australiana de Tasmania.
El hallazgo de un zapato en el ático de la residencia despertó la curiosidad del propietario Alan Cooper.
"Al principio pensé que había sido traído por una rata o una zarigüeya", asegura Cooper, "pero cuando el número de zapatos aumentó a 20, pensamos que era una rata que tenía un fetiche con los zapatos o cualquier otra cosa".
Finalmente, optaron por la segunda opción y Cooper contactó a Ian Evans.
Juntos se adentraron en los oscuros recovecos de esta vivienda del siglo XIX y desenterraron un tesoro de objetos.
Además de zapatos había juguetes y sombreros, todos del siglo XIX. Había, incluso, un gato muerto.
La secreta ubicación de los elementos, dice Evans, hace que la magia ritual sea la única explicación posible.
"La gente en esta casa vivía aterrorizada. Nunca había visto tantas cosas escondidas en un solo lugar".
Continuará...
Evans apunta que los zapatos son la única pieza que conserva la forma humana después de usados. En el mundo espiritual, son un recuerdo permanente de la primacía de los seres humanos.
Al parecer, los habitantes de esta casa y las otras locaciones en las que se encontraron objetos, hicieron todo lo posible para esconder los artículos en lugares en los que no pudieran ser hallados fácilmente: detrás de las paredes y las chimeneas, en el ático, en todos los "puntos débiles" del edificio. Los lugares en los que un espíritu podía acceder de manera más fácil y acecharlos con malas intenciones.
Evans cree que muchos artículos más -miles quizás- permanecen ocultos en los asentamientos más antiguos del país.
"La renovación y conservación de las construcciones son las claves para continuar con la búsqueda", afirma.
Las casas más antiguas de Australia no han divulgado aún todos sus secretos.
Puede que los espíritus macabros ahora se vean en la ficción, pero las armas utilizadas para enfrentarlos siguen resurgiendo en el mundo real.
Fuente: BBC Mundo
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